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HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LOS CARTUCHOS DE TIRO

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HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LOS CARTUCHOS DE TIRO

Como cualquier otro deporte, el tiro al plato ha evolucionado muchísimo desde sus inicios. Ya te lo explicábamos en este artículo de nuestro blog.

De la misma manera, el equipamiento necesario para practicarlo, también ha variado una barbaridad.

Y, los cartuchos para tiro al plato son un ejemplo de ello.

Hoy vamos a adentrarnos en su historia y evolución para que conozcas, de primera mano, todos los cambios que han sufrido los cartuchos desde su primera aparición allá durante el siglo XVI.

¡Vamos a verlo!

QUÉ ES UN CARTUCHO DE TIRO

Antes de entrar en materia, veamos primero qué es un cartucho de tiro.

En realidad, un cartucho de tiro no es más que la carga de pólvora y municiones, o de pólvora sola, correspondiente a cada tiro de un arma de fuego. Puede estar envuelta en papel o lienzo o encerrada en un tubo metálico, llamado vaina o casquillo, que puede contener solamente la pólvora, la pólvora junto con el proyectil, o ambos elementos, además del cebo.

TIPOS DE CARTUCHOS DE TIRO

Existen dos tipos de cartuchos principales:

●      Cartuchos semi metálicos o de escopeta. Son aquellos que están diseñados para usarse en un arma de ánima lisa. Dentro de estos se localizan cuatro importantes componentes, de los que hablaremos a continuación: el pistón, la pólvora, el taco y la munición. Los principales calibres son 12, 16 y 20.

Cartuchos metálicos. Están fabricados completamente en metal. Solo tienen un proyectil que propulsan a gran velocidad, llegando a más de 2000 m/s. Debido a sus múltiples usos, hay infinidad de cartuchos que montan balas de distinto calibre, desde el pequeño de 5,5 mm hasta otros más potentes.

DE QUÉ SE COMPONE UN CARTUCHO DE TIRO DE ESCOPETA

Un cartucho de tiro de escopeta o semi metálico está formado por diversos componentes:

Vaina y culote. El exterior de un cartucho está compuesto por la vaina y el culote. La vaina es un cilindro de plástico de polietileno, que envuelve a todos los elementos que componen un cartucho. De esta manera, se impide que los perdigones y la pólvora entren en contacto con las paredes del cañón, lo que provocaría un plomeo irregular. En el extremo anterior de la vaina se halla el culote, fabricado a partir de una lámina de latón, que se une al tubo de plástico con un proceso de embutido, formando así la vaina.

El pistón, también llamando fulminante, está situado en el centro del culote, y es el primer elemento necesario para producir el disparo. Tras la presión de la aguja percutora de la escopeta, se realiza la ignición del cartucho o, lo que es lo mismo, se inicia el proceso de combustión de la pólvora, que a su vez lleva al lanzamiento del proyectil o proyectiles, ya sea en forma de bala o perdigones.

La pólvora. Suele presentarse en forma de gránulos y, debido a sus características, no debe almacenarse en lugares húmedos, ya que, la humedad, impide su uso a largo plazo. Se trata de un componente químico que, al ser activado por el pistón, estalla transformándose en gas a elevada presión y provocando la salida de los perdigones del cartucho. Es el elemento que provee la energía necesaria para que se produzca un adecuado empuje de los proyectiles, ya sea uno grande y único (bala) o muchos más pequeños (cartucho con perdigones).

La vivacidad. Dentro de la pólvora, encontramos un parámetro clave: la vivacidad. No toda la pólvora sirve para cualquier cartucho, ya que las hay más vivas y más lentas, que es lo que se conoce como vivacidad de la pólvora. Una pólvora será más vivaz cuanto más rápida sea la combustión y la presión suba bruscamente (por ejemplo, en cartuchos para el tiro al plato con poco gramaje) y será más progresiva, con combustión más lenta, para cartuchos de caza con un gramaje elevado. La pólvora idónea será la que ofrezca una ratio velocidad-presión, más óptimo.

El taco. El taco es la parte interna del cartucho que actúa como separador entre la pólvora y los proyectiles, para que no se produzca contacto entre ellos. Es el encargado de absorber el impacto inicial tras la explosión, haciendo de muelle, impidiendo la fuga de gases que reducirían el efecto del plomeo o rosada, además de contener los perdigones, evitando que rocen el cañón durante el disparo, ya que estos irán en su interior. Un taco óptimo debe realizar su función de aislante, impidiendo a las altas temperaturas de combustión fundir los perdigones para darles un impulso y velocidad uniformes. Además, el taco es lo que determina la mayor o menor dispersión de los perdigones.● Los perdigones. Toda la dinámica del cartucho está pensada para que se expulsen los perdigones del cañón de la escopeta. Estos son circulares y están compuestos de plomo. Su forma esférica y su regularidad determinarán la calidad de los plomeos o rosadas. El principal objetivo con los perdigones es evitar que se deformen, ya que solo un perdigón perfectamente esférico mantendrá la trayectoria. El tamaño de los perdigones variará en función de la especie cinegética que se quiera abatir.

EVOLUCIÓN DE LOS CARTUCHOS DE TIRO

Pero esto no siempre ha sido así.

Hasta aproximadamente la segunda mitad del siglo XVI, no aparecieron los primeros cartuchos hechos de papel, que recibían el nombre de “cachuchos”.

Se cree que aparecieron en España, donde los usaba la artillería para poder cargar más fácilmente sus fusiles. Más tarde, hacia el año 1630, las tropas de infantería suecas del rey Gustavo Adolfo, los usarían también para sus armas ligeras.

Este tipo de cartucho contenía únicamente la pólvora, cosa que obligaba al tirador a realizar la carga en varios tiempos. Es decir, primero debía introducir el cartucho de la pólvora, a continuación, el proyectil, luego debía cebar la cazoleta… Y así hasta que lo tuviese todo listo.

Con lo que la capacidad de abrir fuego resultaba sumamente lenta.

La solución más inmediata consistió en envolver el proyectil junto con la carga de pólvora. Aunque esto no ayudó demasiado, ya que, a causa del rayado del ánima del cañón, había que forzar la bala esférica teniendo que golpearla, en ocasiones, con un mazo, cosa que reducía mucho la velocidad de fuego.

Para solucionarlo, el capitán francés Claudio Minie, diseñó una bala cilíndrica ojival con base hueca donde se introducía una pieza cónica de madera que, al ser empujada por la fuerza de los gases de la combustión, se introducía en la base hueca de la bala, haciendo aumentar su calibre.

Posteriormente, los ingleses perfeccionaron esta bala, a la que llamaban Bala Minie, suprimiendo la pieza cónica de madera.

El uso de esta nueva bala facilitaba la carga y favorecía una cadencia de tiro de dos o tres disparos por minuto, aunque aún había que seguir cebando la llave.

Fue en 1799 cuando Edward C. Howard descubrió la pólvora fulminante. Una pólvora que podía hacer explosión o prenderse al ser golpeada.

Por desgracia, no se le encontró aplicación hasta que, en 1807, el sacerdote escocés Alexander Fortsyth inventó la llave de percusión donde utilizaba la propiedad de la pólvora fulminante.

Una idea que funcionó perfectamente y que, más tarde, perfeccionaron una serie de armeros, hasta que el inglés Egess inventó el pistón.

Ahora solo faltaba encontrar la manera de unir el pistón al cartucho y diseñar un sistema de retrocarga que evitara tener que cargar el arma por la boca de fuego. Fue entonces cuando Juan Nicolás Dreyse, en 1836, inventó el fusil de aguja y el cartucho combustible. Dos grandes inventos que revolucionaron el sistema de carga en las armas de fuego.

EL CARTUCHO COMBUSTIBLE DE DREYSE

El cartucho diseñado por Dreyse consistía en una envoltura de papel que contenía los tres elementos básicos: pólvora, bala y cebo fulminante.

Aunque, el orden en que estaban colocados era algo peculiar.

El fulminante iba situado delante de la carga de pólvora, en el fondo de un taco de madera sobre el que se colocaba una bala de plomo de forma ovoidea.

De esta manera, al disparar la aguja, esta debía atravesar todo el espacio ocupado por la pólvora para incidir en el pistón.

La efectividad del cartucho quedó demostrada durante la batalla de Sadowa en 1866.

A partir de ese momento, todas las naciones de Europa cambiaron el sistema de carga de sus armas y empezaron a plantearse mejoras en su sistema.

En primer lugar, se modificó la colocación del pistón para poder disminuir la longitud de la aguja, dando lugar al cartucho al que llamaron Chassepot, el primer cartucho en el que ya se observaba una gran semejanza con los actuales.

El siguiente paso consistió en sustituir el papel por una vaina de cartón reforzada con un culote metálico en el que se situaba una aguja percutora exterior que incidía en un pistón situado en el interior del cartucho.

Este cambio fue realizado en 1836 por Casimiro Lefaucheux, que posteriormente vio que la posibilidad de una ignición accidental al golpearse la aguja podía suponer un gran peligro. Así que, en 1846, modificó el cartucho y la vaina pasó a ser totalmente metálica.

EL CARTUCHO DE TIRO MODERNO

El cartucho modificado por Lefaucheux no tuvo demasiado éxito militarmente hablando y, finalmente, fue sustituido por un nuevo tipo de cartuchos.

A continuación, te hablamos de algunos de ellos:

●     Cartucho Flobert. Desarrollado en 1845 con una vaina metálica y escasa potencia. No contenía carga de pólvora y era el fulminante el único elemento que intervenía como iniciador y carga de proyección.

●     Cartucho 22 corto. Considerado como el primer cartucho moderno y lanzado al mercado en 1857 por Horace Smith y Daniel Wesson como perfeccionamiento del cartucho Flobert. Añadía una pequeña carga de pólvora negra que le proporcionaba mayor potencia. Su éxito fue espectacular, lo que provocó que se diseñaran cartuchos de fuego anular más potentes y de mayor calibre.

●     Cartucho Berdan. Al aparecer un defecto en el sistema de ignición del cartucho 22 corto al aumentar la potencia de los cartuchos, Berdan diseño uno nuevo donde el fulminante estaba situado dentro de una cápsula de percusión alojada en un orificio dentro de la base del culote de la vaina. Este cartucho pasará a llamarse cartucho de percusión central.

●     Cartucho Edward Boxer. Cartucho de percusión central más sencillo y económico de fabricar. La vaina está fabricada a partir de una fina lámina de latón enrollada alrededor de un molde metálico. Idea que no prosperaría dado que la lámina se separaba del culote y producía un gran número de interrupciones en el arma, aparte de no poder recargarla ni reutilizarla.

Cartuchos de Frankford Filadefia. En 1873, en este arsenal estadounidense, decidieron experimentar con una serie de cartuchos de los diferentes sistemas utilizados por aquel entonces, con la intención de desarrollar un nuevo cartucho. De esa experiencia nació el cartucho que conocemos hoy en día y cuyo concepto básico ha variado muy poco.

Y, hasta hoy en día, en que, en los centros de investigación y desarrollo, se experimenta con cartuchos ya existentes con el fin de mejorar sus prestaciones, logrando cartuchos más potentes, fiables y precisos.

CURIOSIDADES SOBRE LOS CARTUCHOS DE TIRO

Y, para acabar, te dejamos con algunas curiosidades sobre los cartuchos que esperamos que encuentres interesantes.

¿Cuáles son las diferencias entre un cartucho de competición y uno de caza?

Un cartucho de competición o para tiro al plato suele cargarse con perdigón extra endurecido o magnum, para tener más posibilidades de romper el plato. Además, generalmente llevan una pólvora diferente.

¿A qué velocidad salen los perdigones de nuestra escopeta?

Los cartuchos tienen una velocidad media de cuatrocientos metros por segundo.

¿Cuánto tiempo tardan las vainas en degradarse?

Todo cazador o deportista de tiro al plato debe recoger las vainas del campo, no solo por ética medioambiental, sino porque así lo establece la ley. No existe un tiempo determinado para su degradación, pero en ocasiones pueden tardar varios lustros.

¿Cuántos perdigones hay en un cartucho de caza de gramaje y plomo medio?

Un cartucho de treinta y dos gramos del plomo número siete, contiene trescientos sesenta y dos proyectiles o perdigones.

¿Alguna otra curiosidad que quieras compartir con nosotros?

Déjanos un comentario. Nos encantará leerte.